Una corte de alas y ruina, Sarah J. Maas

Páginas: 666
Editorial: Destino
Año de edición: 2017
ISBN: 978-8408178699
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Resumen

Feyre ha vuelto a la Corte Primavera decidida a desvelar las artimañas de Tamlin y las razones del rey que amenaza Prythian. Pero para hacerlo, tendrá que jugar al mortal juego del engaño… un solo paso en falso podría condenarla, no solo a ella sino a todo su mundo. La guerra se cierne sobre todos, y Feyre tendrá que elegir muy bien en quién confiar.

Opinión

Después del segundo libro (que me gustó mucho) esperaba que este fuese al menos igual de bueno o casi, pero me temo que me ha gustado menos aún que el primero. 

La historia se me ha hecho eterna, he tardado dos semanas en leerlo porque cada vez que tenía que seguir leyendo se me hacia una tortura, más aún en la segunda mitad del libro en la que me sentía muy cansada y decepcionada con la lectura.

¿Y por qué no me ha gustado? pues porque para empezar a mí me parece que al libro le sobran tranquilamente 200 páginas. Hay mucho relleno, muchas vueltas a las cosas y sobre todo, hay muchas cosas repetidas en cuanto a los recursos literarios del segundo. Mientras que en el anterior había novedad, en este encontramos cosas demasiado parecidas, usando con exceso algunas cosas que vimos en Una corte de niebla y furia.

También he encontrado algunos fallos, no muy importantes, pero cuando encima el libro no te está gustando, hace que te moleste más. Otra cosa que me ha fallado en este, son los personajes, que mientras que en el anterior tienen mucho juego y las personalidades algo más marcadas, aquí parecen todos lo mismo. Son mucho más planos.

Luego, otra cosa que me molesta mucho es que habiendo cada vez más personajes (en esta entrega más aún) a la hora de leer los diálogos, estos eran muy complicados de seguir. El hecho de que los personajes sean más planos hace que cueste diferenciar quien está hablando, teniendo que volver a releer para saber quién dice qué. Esto, y que entre una propia frase, haya frases de dos o tres líneas explicando algo y siga con la mitad del diálogo del personaje, hace que olvides lo que había dicho y otra vez, volver a empezar más arriba.

Pero no solo se queda ahí, es que además la historia me ha parecido ridícula y facilona. Estábamos teniendo una historia muy buena con el anterior y aquí se me queda en nada. Hay cosas también que no llego a comprender, que cambian según conveniencia del momento en el libro, en este caso hablo de la magia. No hay un patrón por el que se rija, si no que según la escena, todo es muy variable. A mí esto, para alguien que ha escrito ya varios libros me parece muy mal pensado, sí, la magia puede ser algo variable, pero no pueden cambiar las normas y todo lo relacionado con ella según te venga para salvar la situación o empeorarla.

Aquí spoiler

Y lo que más sin duda, lo que más me ha molestado y lo que me parece muy poco profesional, es que en un libro en el que hay varias batallas, guerra, poder, magia y un montón de cosas muy pro, es que no muera nadie, nadie. No es real, parece el final de un cuento para niños, bueno, hay cuentos para niños más reales. Solo muere el padre, ok, muere uno, el que no vale para nada, el que nadie quiere (los lectores) y al que no se va a echar de menos en posibles continuaciones. Además de que se usa demasiado el tema de que parece que un personaje va a morir, pero luego se soluciona de la manera más absurda. No oye, esto no está bien. No puede morir solo el malo y que todos lo buenos vivan cuando el malo tenía un ejército diez veces mayor. Tampoco me parece normal que de pronto todos lo malos se vuelvan buenos así sin más. Que es un libro para adultos, que sale sexo, sangre, muerte y demás movidas de adultos, así que este desenlace versión menores de diez años me parece absurdo.

Fin spoiler

Y ya para acabar, lo que más he echado de menos ha sido a Rhys, ya no está el Rhys del primero o el del segundo, aquí vuelve a ser un personaje igual de básico que los demás y eso se ha echado mucho de menos.

Y tú ¿has leído ya está tercera parte?, ¿qué te pareció?.

Besos,

Bibiana.